MAHLER Sinfonía nº 8, "Sinfonía de los mil"

El sobrenombre de "Sinfonía de los Mil" apenas hace justicia a la obra épica de Mahler, una de las más grandes del repertorio de concierto. Su inmenso alcance hace que las interpretaciones sean raras y, por tanto, dignas de ser atesoradas. La primera parte de la obra mística de Mahler comienza con un poderoso desencadenamiento de sonido que ambienta el himno "Ven, Espíritu Creative", un texto que también prefigura el mensaje de la segunda parte de la Sinfonía. La expansiva segunda mitad nos transporta a la escena final del dramático poema de Goethe FaustoFausto, el personaje del título, había entregado su alma al diablo y, por tanto, a la condenación eterna. Pero las voces beatíficas de un "coro místico", subrayadas por estruendosos redobles de timbales, alcanzan la estratosfera y prometen que el alma de Fausto, llevada cada vez más alto hasta el cielo por la intercesión de huestes de mujeres penitentes, hombres santos y, en última instancia, ángeles, será redimida a través de "lo eternamente femenino", el poder del amor.